Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
«Sólo los que hagan la voluntad de Dios serán verdaderamente libres”
«La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas».
«¡No es verdad que tus días sean iguales! Si pones amor en tus días, cada día es distinto».
El abandono es el fruto delicioso del amor.
«Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse»