Ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen.
Ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen.
«Sostennos en la hora del combate y de la prueba, y si caemos, haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón».
«Quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien».
«No soy más que un pequeño lápiz en la mano de la escritura de Dios.»
«Cuando el amor de Dios obtiene la voluntad del alma, produce en ella un insaciable deseo de trabajar por el amado».
«Hemos sido llamados para curar las heridas, para unir lo que se ha venido abajo y para llevar a casa a los que han perdido su camino»